Sor Giovanna

naciò en Pratopiano, fracciòn del municipio de Sambuca Pistoiese (PT) el 22 de marzo de 1.832. La madre de Marianna ejecutaba el trabajo de tejedora, el papà, seguramente alternaba el trabajo del campo con el trabajo de leñador y carbonero. De un manoscrito de Sr. Giovanna Vettori (1920-1921) se deduce que Sr. Giovanna haya sido educada por las monjas del “Conservatorio”, escuela del municipio de Sambuca, al lado del santuario de la Virgen del Giglio, creciendo en la piedad cristiana y aprendiendo todas aquellas habilidades del trabajo femenino de uso en la època.

Terciaria del Orden de los Siervos de Marìa, recibiò el hàbito el 4 de octubre de 1.861 y, con Sr. Filomena Rossi y el pequeño grupo se establecieron en Treppio desde ese mismo dìa.

Sor Giovanna enseñaba los trabajos femeninos a las niñas del pueblo y se ocupaba de la asistencia a los pobres y a los enfermos de Treppio. Muchas veces se dedicaba a la “Busqueda”, haciendo largos periodos en viaje. Las monjas, en efecto, para tener fondos necesarios para el propio mantenimiento y para desarrollar la propia actividad educativa en modo gratuito y para la asistencia de los pobres, se confiaban tambien en la generosidad de la gente que donaba leña, harina, aceite, queso, frijoles, dinero, uva, lana.

Sor Giovanna en el 1.873 sucediò a Sor Filomena como Superiora de la Comunidad de Treppio, y después de abrir nuevas casas en el primer capìtulo general de 1.880, fue elegida primera Superiora General de la Congregaciòn hasta 1.892. Muriò en Treppio el 4 de diciembre de 1.900.

De sor Giovanna Ferrari està escrito que al terminar el encargo “quedaba a la cabeza de la Comunidad de Treppio, siempre modelo de religiosa ejemplar, adornada de humildad, de espiritu de sacrificio, de oraciòn y de caridad” (Cf.Suor Philomena Spidale, due donne e un paese, Roma 2.007.

Filomena Rossi y Giovanna Ferrari son memoria viva para las monjas “Mantellate”. Dos mujeres humildes y simples, escondidas y vigilantes como Marìa, dedicadas al servicio de los pobres, a los cuales se donaban ellas mismas, junto al pan material que conseguian del municipio como respuesta a los sufrimientos y al empeño de promociòn humana, cultural y social de los jòvenes.

Filomena Rossi, modesta y reservada. Giovanna Ferrari màs activa y decidida, representan para nosotras, Siervas de Marìa de hoy, la sintesis de una vida apostòlica en la cual la contemplaciòn se vuelve mirada atenta y penetrante como aquella de Marìa a Canaan; el servicio, un costante movimiento operativo hacia tantisima y profunda pobreza que vive hoy nuestra sociedad y que nos hace disponibles y diligentes como Marìa en la Visitaciòn.